Medir la leche y el agua tibias, añadir el fermento de masa madre, mezclar un poco y, a continuación, añadir el aceite y la grasa, el yogur natural y el huevo.
Tamizar la harina y añadir el azúcar y la sal. Amasar la masa con un robot de cocina o a mano.
Dejar reposar durante 1 hora en una fuente de horno engrasada. (Poner la tapa para evitar que la masa se seque).
El primer plegado se realiza laminando, tras lo cual la masa se deja reposar de nuevo en la cuba de fermentación durante aproximadamente 1 hora.
Incorporar una segunda vez con la salsa de pétalos y volver a dejar reposar durante 1 hora aproximadamente en un recipiente que haya subido.
Ahora el tercero, el plegado (también plegado de pétalos).
El último plegado se realiza mediante plegado en espiral. A continuación, refrigere durante unas 10-12 horas.
Sacar del frigorífico y dejar templar en la encimera de la cocina durante 1-2 horas.
Dar forma a los panecillos de hamburguesa (dependiendo de lo grandes que los queramos), yo suelo darles forma de albóndigas de 215 gramos. Los pongo en una bandeja de horno con papel de hornear. Dejar levar durante 4-5 horas después de darles forma y cubrir con un paño de cocina.
Cuando estén cocidos, pincélalos con el huevo y espolvoréalos con semillas de sésamo o lo que más te guste.
Precalentar el horno a 230 grados, poner el horno abajo, meter los trozos de hamburguesa e inmediatamente bajar la temperatura a 180 grados. Es mejor hornear al vapor, si no tiene horno de vapor, utilice un pulverizador de flores limpio para rociar agua. Cocer durante unos 30 minutos.